La botella es el recipiente de acero o aluminio que contienen el aire o gas respirable y presenta una o dos aberturas donde se fija la grifería de control y acople. La grifería consiste en una válvula (tipo J o K), un grifo que controla la apertura o cierre de la botella, y una o varias salidas de acople al regulador. Las griferías pueden ser de dos tipos:
-Internacional o de estribo; una palomilla sujeta el regulador a la botella, donde hay una junta tórica para mantener la estanqueidad.
-DIN; sujeta el regulador a la botella mediante una rosca.
El sistema más usado es el internacional, aunque el DIN está ganando en popularidad debido a su mayor robustez, a que acepta más presión de trabajo (300 atm frente a las 230 de la grifería de estribo) y al hecho de que la junta tórica de estanqueidad se encuentra en el grifo y no en la botella (esta última, por lo general, propiedad del centro de buceo). Como contrapartida, al sistema de estribo se le atribuye mayor facilidad de instalación, lo que supone una ventaja para principiantes.
Hay varios tipos de botellas, con capacidades desde 5 hasta 18 litros, y con presiones de trabajo desde 230 hasta 300 bares, aunque habitualmente se utilizan botellas de 12 ó 15 litros a 200 bares de presión.
Las botellas deben pasar revisiones periódicas para comprobar la fatiga de los metales, teniendo cada país su propia normativa. Nunca se debe sobrepasar la presión de carga, ni exponerlas a temperaturas altas. En el buceo recreativo se suele utilizar aire comprimido, aunque cada vez es más frecuente el uso de aire enriquecido o nitrox. Las botellas son específicas para aire o para mezcla de gases. Toda botella conteniendo mezcla de gases debe estar debidamente marcada y etiquetada según las regulaciones nacionales de cada país.